A apretarse el cinturón... ¿a cambio de nada?

Congreso y Gobierno de EEUU acuerdan una serie de medidas anticrisis

[...]la iniciativa implica el Estado asumirá la mayor parte de los llamados 'activos tóxicos', es decir, los bonos basados en hipotecas que han provocado la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión de los años treinta.

¿Y de dónde va a salir este dinero? Obviamente... de los impuestos que pagan todos los contribuyentes. ¿Y a cuánto sube la factura? 700.000 millones de dólares, de nada. ¿Es ésa la solución? Pues no sé...

El precio ya se sabe cual es, la injustica social que comete, se premia al imprudente, que seguirá siendo imprudente y se castiga al que fue prudente. Además siembra las semillas de futuras burbujas, que cadea vez derán más grandes ante el sentimiento de impunidad de los agentes económicos, y dejan claro que la ley del embudo siempre imperará. Es decir cuando ganan se lo reparten entre ellos, cuando pierden lo pagamos todos.
[Cárpatos, en Serenity Markets, vía Nauscopio]

Me hubiera parecido una medida más acertada meter en la cárcel a todos los que se han enriquecido vendiendo basura a sabiendas de que era basura, y a todos los que han contribuido a calificar la basura como AAA (aunque quizá no hay espacio en la trena para todos). Se hubiera sentado un precedente para que, en el futuro, nadie se arrogara la potestad de actuar como si poseyera una patente de corso que le inmunizara de las consecuencias de sus delitos y estafas.

De la manera que se está tratando esta estafa mundial, los culpables acabarán contando sus millones en una playa tropical. Lo más grave de todo esto es que, las próximas generaciones aguzarán su ingenio para robar y estafar con nuevos artificios, sabiendo que el único riesgo que corren es que los nombren hijos adoptivos de alguna ciudad importante o les concedan alguna medalla por su contribución social.
[Francisco Llinares en su blog, vía Nauscopio]


La verdad es que no suena demasiado agradable. Cierto es que el argumento de que la fiesta de unos la van a pagar todos puede ser populista, pero no lo hace menos cierto. Y no es menos cierto tampoco que los contribuyentes que no tiene culpa (circunstancialmente, yo soy uno de ellos) que van a poner su dinero deberían tener derecho a decir ¿qué gano a cambio de esta sangría? Como mínimo, que se pongan los mecanismos en marcha para que esto no se repita. ¿Cuáles son esos mecanismos? Eso lo dejo a los economistas expertos.

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