Guau...

La sentencia del día:

Tenemos una veneración irracional a la autoridad que no es merecida. La autoridad no es el mando de una jerarquía superior, o no debería serlo, en las democracias. La autoridad, cuando la ejerce una persona, es un traspaso de poder que el pueblo democráticamente hace en un Gobierno, que lo administra mediante el Ministerio de Justicia, y este a su vez en las diversas jefaturas de policía. Pero el poder de un policía no es de ese policía, es, teóricamente, el poder del pueblo expresado a través de las leyes, leyes a las que está sujeto, por lo menos tanto, si no más, ese policía que cualquier ciudadano.

0 aportaciones: