Imagináos que estáis el interior del Madison Square Garden, el jueves pasado, allá sobre las 22 h. Algo ilumina la oscuridad. Es la gente que está con vosotros dentro. En contra de lo que podéis pensar, las luces no son mecheros. ¡Son teléfonos móviles! Se oye un coreo digno de bar, y unos sonidos guturales que suenan a abucheo, pero no lo son: ese "Buuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuh" que oís es realmente un "Bruuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuce". ¿Qué Bruce? Pues Bruce Springsteen, claro.
Siguiendo la tradición que me marqué a mí mismo el año pasado con RHCP, este año también he celebrado mi aniversario en EE.UU. con música en directo. ¡Y qué mejor que un clásico de la música estadounidense para ello!
La verdad es que no me considero un fan de Bruce, pero hay que saber reconocer cuando alguien hace un trabajo redondo encima de un escenario. Después de 2 horas y 20 minutos de concierto, lo último que se me ocurriría hacer es ponerle un pero a la actuación. Tocó un poco de todo, no se olvidó de los clásicos (no, el "Born in the USA" no cayó, pero es que yo creo que ni falta hacía), pero sacó a relucir las canciones de "Magic", su nuevo álbum. Uno de los momentos apoteósicos y el que a mí más me gustó fue con "Badlands", con la que acabó el set principal y dio pie al jaleo que os comentaba.
[La susodicha canción: ]
Además, el buen rollo con el público fue constante, incluida una camiseta con el nombre de la ciudad que le dio cobijo durante una noche.
Seguramente se quedaron canciones fuera, pero un repertorio como el suyo daría para horas y horas de concierto y el hombre ya anda cerca de los sesenta... aunque, ¡quién los pillara en esa forma!
Como nota final, contaros un detalle que, personalmente, me chocó lo suyo. Y es que al llegar a mi sitio me puse a mirar al escenario y me di cuenta de que ¡había gradas detrás de él! Al menos gran parte de la pista era para gente de pie y no en asientos esta vez, pero, vamos, que estos estadounidenses nunca dejarán de sorprenderme.
Siguiendo la tradición que me marqué a mí mismo el año pasado con RHCP, este año también he celebrado mi aniversario en EE.UU. con música en directo. ¡Y qué mejor que un clásico de la música estadounidense para ello!
La verdad es que no me considero un fan de Bruce, pero hay que saber reconocer cuando alguien hace un trabajo redondo encima de un escenario. Después de 2 horas y 20 minutos de concierto, lo último que se me ocurriría hacer es ponerle un pero a la actuación. Tocó un poco de todo, no se olvidó de los clásicos (no, el "Born in the USA" no cayó, pero es que yo creo que ni falta hacía), pero sacó a relucir las canciones de "Magic", su nuevo álbum. Uno de los momentos apoteósicos y el que a mí más me gustó fue con "Badlands", con la que acabó el set principal y dio pie al jaleo que os comentaba.
[La susodicha canción: ]
Además, el buen rollo con el público fue constante, incluida una camiseta con el nombre de la ciudad que le dio cobijo durante una noche.
Seguramente se quedaron canciones fuera, pero un repertorio como el suyo daría para horas y horas de concierto y el hombre ya anda cerca de los sesenta... aunque, ¡quién los pillara en esa forma!
Como nota final, contaros un detalle que, personalmente, me chocó lo suyo. Y es que al llegar a mi sitio me puse a mirar al escenario y me di cuenta de que ¡había gradas detrás de él! Al menos gran parte de la pista era para gente de pie y no en asientos esta vez, pero, vamos, que estos estadounidenses nunca dejarán de sorprenderme.
[NOTA FINAL: Confieso que tengo un vídeo que muestra en imágenes lo que os acabo de describir, pero, al subirlo a una de esas webs de alojamiento tan habituales en nuestro tiempo, me encuentro con que me lo han desalojado por no sé qué política interna. En fin... a ver si lo puedo subir a otro lado otro día, que hoy se me ha hecho tarde.]
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