¿Ciencia vs. religión?



Llevo algo así como una semana que llaman mi atención diversas noticias de conflictos que se podrían enmarcar en el título de la entrada. Que si el ciclo/gira de conferencias críticas con las teorías de Darwin con intención de promover la hipótesis del Diseño Inteligente, que si la renuncia (generada por una ¿fuerte? oposición) del Papa a dar el discurso de inauguración del año académico en la Università di Roma-La Sapienza... aderezada por lamentos por la cada vez más larga ristra de programas dedicados a lo "paranormal" en televisión.

Aquí van unas reflexiones a vuela pluma, como científico, y sin trabajar mucho el texto (si algo me gusta del blog es ser espontáneo). No me lo tengáis en cuenta, que esto no es un artículo.

Que haya gente que se dedica a refutar teorías científicas aportando pruebas sólidas me parece perfecto, sin importar el objetivo de la refutación, es decir, sin importar si la persona propone una alternativa científica más allá de la existente o si decide tirar por lo paranormal. Allá cada cual con su creencia. Si los argumentos que desmontan esa teoría son válidos según mis esquemas mentales, pues podré estar de acuerdo con que la teoría tiene defectos. Vamos, que no se me caen los anillos por admitir que Darwin cometió errores en sus postulados. Y no soy el único. Nunca mejor dicho, Darwin no es Dios para nadie. Y los fallos en sus propuestas se conocen hace tiempo (será que no hay explicaciones a la evolución mucho más evolucionadas, valga la redundancia).

Eso sí, que el personal vaya de cara, que acepte críticas y debate, y diga qué propone en lugar de esa teoría. Luego yo decidiré si me gusta más lo que me proponen o la explicación original. Pero, por favor, que no me intenten colar un gol. Según leo en Las Penas del Agente Smith, en la charla "Lo que Darwin no sabía" que parece que ha tenido lugar en varias ciudades españolas, los ponentes se cansaron de esquivar preguntas sobre si sus críticas a Darwin tenían como origen su propuesta de un Diseñador Inteligente en forma de Dios y resulta que a la salida de la charla repartían folletos con referencias a Dios (ver final de la entrada susodicha). Un tufillo raro sí que tiene. He estado en muchos congresos y nunca he visto a nadie repartir panfletos diciendo que las baterías de litio son una creación divina.

Así pues, Idea 1: acepto las críticas con pruebas comprobables a una teoría, venga de quien venga. Pero esperaré que esa persona me ofrezca una alternativa que describa las observaciones.

Lo del Papa lo veo incluso más simple. Ni entiendo porqué no se le puede permitir dar un discurso, ni entiendo que el hombre no vaya si las protestas eran de una reducida parte de la comunidad. He leído trozos de su discurso, y no me parece que la intención de Benedicto XVI fuera adoctrinar a nadie ni vender la religión descaradamente. Es un discurso con fuerte carga filosófica en el que hay referencias a una moral religiosa y a la búsqueda de Dios, pero tampoco me parece como para pedir que se censure a esa persona. ¿Que el Papa ha hecho declaraciones controvertidas al respecto, por ejemplo, del juicio a Galileo? Pues se la da la palabra, se le pregunta claramente por su opinión, y a ver qué dice. Y el Papa, a aceptar el debate y que la gente le rebata sus propuestas, de forma más o menos agresiva. Y, a poder ser, que sea sin usar la fe para todo. No vale ir, soltar la plasta y salir de rositas. Todo esto, admitiendo que posiblemente yo no iría a escuchar lo que dijera porque seguramente encontraría algo mejor que hacer con mis neuronas. Pero no se me ocurriría adoctrinar a nadie para que no fuera.

Idea 2: la universidad es un sitio para el intercambio de ideas y de conocimiento. Y el conocimiento no es sólo científico, sino también filosófico. Fijaos en el temario de la carrera de Filosofía y a ver cuánto tiene de perceptible y visual.

Para acabar, vuelvo al título. Todas estas escaramuzas tienen el hilo argumental tradicional del conflicto ciencia vs. religión. Un conflicto que yo veo un poco artificial. Si alguien prefiere rezar a su dios en vez de utilizar los avances médicos disponibles porque no cree en la ciencia sino en la fe, pues no se puede hacer mucho (¿se le podría obligar?). Además, ¿a que no pasa demasiado a menudo?

Por otro lado, a veces, los que creemos en el objetivo de entender lo que nos rodea e incluso aprovechar ese conocimiento en beneficio de los que nos rodean (y uno propio, claro), deberíamos pararnos a preguntar hasta dónde debemos usar esos conocimientos. ¿Debemos jugar a ser dios creador? Si algún día dominamos la clonación por completo, ¿sería lícito diseñar humanos o criar clones para usar sus órganos? ¿O debemos admitir que, a lo mejor, jamás podremos vencer a la muerte y que igual hasta mejor que no lo hagamos? ¿Debemos los científicos despojarnos de toda ética? Esto daría para entradas y entradas, pero casi os dejo con una alternativa en forma de libro de alguien que escribe mucho mejor que yo y que ha desarrollado esta línea argumental: Ciencia vs. Religión (un falso conflicto), de Stephen Jay Gould.

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