Decíamos ayer...
Vayamos hoy a mis experiencias intentando encontrar trabajo como investigador científico en Estados Unidos.
Antes de nada, hablaré de la que definí como OPCIÓN A el otro día: la carrera en la industria en Estados Unidos sí existe y es muy robusta. En realidad, es la opción más fácil para encontrar trabajo, puesto que más del 60% de la financiación en investigación científica en el país sale de iniciativa privada (lo cual no es extraño en un país como este, donde ésta última está tan incentivada). Sin embargo, me reitero en que mis preferencias pasaban por una carrera en el sector público, así que realmente no busqué en el privado, por lo que poco más puedo aportar en este sentido.
¿Y qué hace falta para encontrar trabajo en el sector de la investigación científica pública en el país de McDonald's, Nike y Coca Cola? Muy sencillo: pasar por un proceso de selección particular a cada sitio. Es decir, que, como si de empresas se tratara, las universidades y centros de investigación proponen sus propias plazas, con sus propios requisitos. Una vez decididos, se pone un anuncio en publicaciones de alcance en el campo científico correspondiente ofreciendo el puesto de trabajo y qué se pide. No hay convocatorias de contratos-puente. No hay plazas de funcionario de Estado. Es entre tú y el centro correspondiente.
¿Que esta forma de hacer puede resultar en un lío para el que busca por la heterogeneidad de los requisitos? Bueno, las empresas no se ponen de acuerdo para pedir todas lo mismo y la gente no se muere al buscar trabajo (aunque algun@s sufran de lo lindo). Pero es que, además, no es así necesariamente, ya que, en el fondo, la mayoría de sitios requieren lo mismo. A saber:
- Currículum del candidato.
- Propuesta de proyecto de investigación a desarrollar, con vocación de continuidad por un largo periodo de tiempo. Se suele tomar como referencia la duración de la tesis de los primeros doctorandos que ese investigador podría tener a su cargo. Es decir, 5 años.
- Cartas de recomendación de entre 3 y 5 investigadores (preferentemente, de primer nivel mundial) que avalen la capacidad del candidato de rendir en el puesto de rigor.
Además, si el candidato aspira a un puesto en la universidad, ésta puede requerir un proyecto educativo en el que se explique la filosofía de enseñanza que piensa aplicar y cómo piensa implementar sus conocimientos para tener impacto en la vida académica del departamento de turno.
Os preguntaréis: ¿por qué el proyecto se pide a unos 5 años, y no de larga duración? Porque el trabajo que se consigue no es permanente. Y aquí entra lo del tenure-track que os decía el otro día. La persona que consigue el puesto está a prueba durante 5 años, pero trabajando como uno más. Después de esos 5 años, el centro evalúa sus prestaciones, no necesariamente sólo por sus resultados científicos, sino también según su rendimiento como profesor, en el caso de una universidad. Si esa evaluación es positiva, el candidato es propuesto para un puesto permanente. En la universidad, ese puesto es muy parecido al de un funcionario porque el profesor es necesario para cubrir la docencia, la cual, pase lo que pase, seguirá existiendo mientras el centro esté abierto. Sin embargo, en los centros de investigación esa figura no existe porque no hay docencia. Por lo tanto, lo máximo que se consigue en estos sitios es un contrato indefinido.
Es decir, que el trabajo no está garantizado a prueba de terremoto. Sí, exacto, como en un trabajo en mercado laboral de toda la vida.
Tampoco existen en este país las oposiciones. El momento de criba más bestia es el de conseguir el trabajo. Con el interés que tiene la universidad en que esa plaza que ha sacado le dé frutos, va a hacer lo posible para que sólo si eres un puñetero vago te quedes en la calle.
Esta criba tiene dos fases. En la primera, las solicitudes se evalúan en base a los documentos aportados. Aquí no hay cifra mágica de porcentajes que decidan qué cuenta más. Cada centro impone los suyos. Habrá sitios que se fijarán más en el currículum, otros le darán más importancia al proyecto de investigación y otros, si corresponde, al proyecto docente. Por ejemplo, una universidad que sólo imparte títulos a nivel de licenciado (sí, hay muchas), no tendrá mucho interés en un programa de investigación avanzadísimo y complejo, pero sí en que la persona a la que fichan sea bueno con los estudiantes, pues de eso vive la institución.
Lo que sí que cuenta mucho, muchísimo en todos los casos es quién escribe cartas de apoyo y qué dicen en esas cartas sobre ti. Cuanto más famosos tus apoyos y más entusiastas se muestren contigo, mejor impresión causarás. Ojo, las personas que te apoyan no forman parte de ese departamento, así que no tienen ningún interés especial en que tú vayas a parar allí, más allá del cariño que puedan tener por ti, porque no se van a beneficiar (es más, seguramente te conviertas en competencia). Pero es que, además, los únicos que deciden son todos los miembros del departamento. Hay un comité de selección, sí, pero éste pide la opinión a todos los demás. Es decir, que puedes tener hasta 30 personas mirando tus papeles con lupa. Como podéis imaginar, vuestros "amiguetes" no podrán apretar a tanta gente a la vez, pero sí que pueden ayudarte mucho con una buena carta de recomendación. Es una robusta pata en la mesa que complementa un buen currículum y un proyecto serio y que se enmarque dentro de las necesidades y objetivos investigadores del centro.
Si eres el elegido por este proceso de criba, no te relajes. Queda lo más duro: la entrevista de trabajo. Sí, en Estados Unidos las cosas son un poco menos peculiares y sí que hay entrevista. Esta consiste en una visita con gastos pagados al centro que ofrece el puesto. Allí, el candidato visita a todo el comité de selección y parte de los miembros del departamento. De qué hablen dependerá de los anfitriones, pero hasta la conversación más inocente puede estar dando motivos para decantarse por una u otra decisión. Evidentemente, los miembros del comité de selección hacen algo más parecido a una entrevista, y no se están con tonterías. Think big (piensa a lo grande) o no les impresionarás.
La guinda al día de la entrevista es una charla delante de todo el departamento en la que el candidato expone su trabajo hasta la fecha. Se evalúa tanto los resultados, como la capacidad de comunicación y de convicción, como las prestaciones ante las preguntas de la audiencia. Finalmente, típicamente, el candidato se reúne con el comité de selección en bloque y les explica qué pretende hacer con el dinero que le ofrezca el departamento para empezar a investigar y cómo piensa atraer financiación (pública o privada) a la institución. Esto es bastante habitual que se haga durante la hora de la cena. Sí, aquí, ¡ni cenar te dejan tranquilo!
Si al final del proceso consideran que eres la persona que más se ajusta a sus planes de investigación, a las líneas que quieren abrir, a la filosofía de trabajo y docencia del departamento y las expectativas que tienen, ¡enhorabuena! Eres un nuevo miembro de la mejor comunidad del país (sí, sí, no importa donde vayas, siempre encontrarán un motivo para declararse extraordinarios en algo). Eso sí, no esperes estar bajo el paraguas de un veterano en el lugar. Cuando te contratan en un centro de investigación o en una universidad en Estados Unidos, te tienes que espabilar porque tú eres el jefe del grupo. El grupo eres tú y las personas que contrates (doctorandos e investigadores postdoctorales, como yo). Tienes tu propio laboratorio, tu propio presupuesto y tienes que buscarte tus propios fondos para cubrirte cuando los que te proporciona tu centro para empezar se acaben. Por tanto, para bien y para mal, eres totalmente independiente de los demás miembros del departamento y te debes a lo que te has comprometido a hacer en tu propuesta de trabajo. A eso, y a lo que las fuentes de financiación de proyectos de investigación tengan como prioridad para que la investigación tenga impacto en la sociedad del país. Pelín acongojante, ¿verdad?
Pues hasta aquí el rollo de cómo funcionan, en general, las cosas en el sector de la investigación en España y en Estados Unidos. Ahora, que cada cual compare y decida qué modelo le gusta más. ¿Por cuál os decantáis? ¿Por qué? Cuidado con los dogmatismos, que los dos tienen su pros y sus contras...
Vayamos hoy a mis experiencias intentando encontrar trabajo como investigador científico en Estados Unidos.
Antes de nada, hablaré de la que definí como OPCIÓN A el otro día: la carrera en la industria en Estados Unidos sí existe y es muy robusta. En realidad, es la opción más fácil para encontrar trabajo, puesto que más del 60% de la financiación en investigación científica en el país sale de iniciativa privada (lo cual no es extraño en un país como este, donde ésta última está tan incentivada). Sin embargo, me reitero en que mis preferencias pasaban por una carrera en el sector público, así que realmente no busqué en el privado, por lo que poco más puedo aportar en este sentido.
¿Y qué hace falta para encontrar trabajo en el sector de la investigación científica pública en el país de McDonald's, Nike y Coca Cola? Muy sencillo: pasar por un proceso de selección particular a cada sitio. Es decir, que, como si de empresas se tratara, las universidades y centros de investigación proponen sus propias plazas, con sus propios requisitos. Una vez decididos, se pone un anuncio en publicaciones de alcance en el campo científico correspondiente ofreciendo el puesto de trabajo y qué se pide. No hay convocatorias de contratos-puente. No hay plazas de funcionario de Estado. Es entre tú y el centro correspondiente.
¿Que esta forma de hacer puede resultar en un lío para el que busca por la heterogeneidad de los requisitos? Bueno, las empresas no se ponen de acuerdo para pedir todas lo mismo y la gente no se muere al buscar trabajo (aunque algun@s sufran de lo lindo). Pero es que, además, no es así necesariamente, ya que, en el fondo, la mayoría de sitios requieren lo mismo. A saber:
- Currículum del candidato.
- Propuesta de proyecto de investigación a desarrollar, con vocación de continuidad por un largo periodo de tiempo. Se suele tomar como referencia la duración de la tesis de los primeros doctorandos que ese investigador podría tener a su cargo. Es decir, 5 años.
- Cartas de recomendación de entre 3 y 5 investigadores (preferentemente, de primer nivel mundial) que avalen la capacidad del candidato de rendir en el puesto de rigor.
Además, si el candidato aspira a un puesto en la universidad, ésta puede requerir un proyecto educativo en el que se explique la filosofía de enseñanza que piensa aplicar y cómo piensa implementar sus conocimientos para tener impacto en la vida académica del departamento de turno.
Os preguntaréis: ¿por qué el proyecto se pide a unos 5 años, y no de larga duración? Porque el trabajo que se consigue no es permanente. Y aquí entra lo del tenure-track que os decía el otro día. La persona que consigue el puesto está a prueba durante 5 años, pero trabajando como uno más. Después de esos 5 años, el centro evalúa sus prestaciones, no necesariamente sólo por sus resultados científicos, sino también según su rendimiento como profesor, en el caso de una universidad. Si esa evaluación es positiva, el candidato es propuesto para un puesto permanente. En la universidad, ese puesto es muy parecido al de un funcionario porque el profesor es necesario para cubrir la docencia, la cual, pase lo que pase, seguirá existiendo mientras el centro esté abierto. Sin embargo, en los centros de investigación esa figura no existe porque no hay docencia. Por lo tanto, lo máximo que se consigue en estos sitios es un contrato indefinido.
Es decir, que el trabajo no está garantizado a prueba de terremoto. Sí, exacto, como en un trabajo en mercado laboral de toda la vida.
Tampoco existen en este país las oposiciones. El momento de criba más bestia es el de conseguir el trabajo. Con el interés que tiene la universidad en que esa plaza que ha sacado le dé frutos, va a hacer lo posible para que sólo si eres un puñetero vago te quedes en la calle.
Esta criba tiene dos fases. En la primera, las solicitudes se evalúan en base a los documentos aportados. Aquí no hay cifra mágica de porcentajes que decidan qué cuenta más. Cada centro impone los suyos. Habrá sitios que se fijarán más en el currículum, otros le darán más importancia al proyecto de investigación y otros, si corresponde, al proyecto docente. Por ejemplo, una universidad que sólo imparte títulos a nivel de licenciado (sí, hay muchas), no tendrá mucho interés en un programa de investigación avanzadísimo y complejo, pero sí en que la persona a la que fichan sea bueno con los estudiantes, pues de eso vive la institución.
Lo que sí que cuenta mucho, muchísimo en todos los casos es quién escribe cartas de apoyo y qué dicen en esas cartas sobre ti. Cuanto más famosos tus apoyos y más entusiastas se muestren contigo, mejor impresión causarás. Ojo, las personas que te apoyan no forman parte de ese departamento, así que no tienen ningún interés especial en que tú vayas a parar allí, más allá del cariño que puedan tener por ti, porque no se van a beneficiar (es más, seguramente te conviertas en competencia). Pero es que, además, los únicos que deciden son todos los miembros del departamento. Hay un comité de selección, sí, pero éste pide la opinión a todos los demás. Es decir, que puedes tener hasta 30 personas mirando tus papeles con lupa. Como podéis imaginar, vuestros "amiguetes" no podrán apretar a tanta gente a la vez, pero sí que pueden ayudarte mucho con una buena carta de recomendación. Es una robusta pata en la mesa que complementa un buen currículum y un proyecto serio y que se enmarque dentro de las necesidades y objetivos investigadores del centro.
Si eres el elegido por este proceso de criba, no te relajes. Queda lo más duro: la entrevista de trabajo. Sí, en Estados Unidos las cosas son un poco menos peculiares y sí que hay entrevista. Esta consiste en una visita con gastos pagados al centro que ofrece el puesto. Allí, el candidato visita a todo el comité de selección y parte de los miembros del departamento. De qué hablen dependerá de los anfitriones, pero hasta la conversación más inocente puede estar dando motivos para decantarse por una u otra decisión. Evidentemente, los miembros del comité de selección hacen algo más parecido a una entrevista, y no se están con tonterías. Think big (piensa a lo grande) o no les impresionarás.
La guinda al día de la entrevista es una charla delante de todo el departamento en la que el candidato expone su trabajo hasta la fecha. Se evalúa tanto los resultados, como la capacidad de comunicación y de convicción, como las prestaciones ante las preguntas de la audiencia. Finalmente, típicamente, el candidato se reúne con el comité de selección en bloque y les explica qué pretende hacer con el dinero que le ofrezca el departamento para empezar a investigar y cómo piensa atraer financiación (pública o privada) a la institución. Esto es bastante habitual que se haga durante la hora de la cena. Sí, aquí, ¡ni cenar te dejan tranquilo!
Si al final del proceso consideran que eres la persona que más se ajusta a sus planes de investigación, a las líneas que quieren abrir, a la filosofía de trabajo y docencia del departamento y las expectativas que tienen, ¡enhorabuena! Eres un nuevo miembro de la mejor comunidad del país (sí, sí, no importa donde vayas, siempre encontrarán un motivo para declararse extraordinarios en algo). Eso sí, no esperes estar bajo el paraguas de un veterano en el lugar. Cuando te contratan en un centro de investigación o en una universidad en Estados Unidos, te tienes que espabilar porque tú eres el jefe del grupo. El grupo eres tú y las personas que contrates (doctorandos e investigadores postdoctorales, como yo). Tienes tu propio laboratorio, tu propio presupuesto y tienes que buscarte tus propios fondos para cubrirte cuando los que te proporciona tu centro para empezar se acaben. Por tanto, para bien y para mal, eres totalmente independiente de los demás miembros del departamento y te debes a lo que te has comprometido a hacer en tu propuesta de trabajo. A eso, y a lo que las fuentes de financiación de proyectos de investigación tengan como prioridad para que la investigación tenga impacto en la sociedad del país. Pelín acongojante, ¿verdad?
Pues hasta aquí el rollo de cómo funcionan, en general, las cosas en el sector de la investigación en España y en Estados Unidos. Ahora, que cada cual compare y decida qué modelo le gusta más. ¿Por cuál os decantáis? ¿Por qué? Cuidado con los dogmatismos, que los dos tienen su pros y sus contras...
7 aportaciones:
En tu caso, la respuesta es bien sencilla: tiran más dos...
Y sin ella, si no tienes morriña, quédate en EE.UU, y acaba pidiendo la nacionalidad si es necesaria.
La respuesta esta decidida desde hace unas semanas. De aqui la recapitulacion del proceso. La solucion, en proximas entradas ;-) Aunque eso no quiera decir que me decante mas por un proceso que por el otro.
yo sé la respuesta jojojo xD
creo que Maty es bastante clara en ese aspecto jajaja (:P)(es bromaaa xD)
Mi duda: ¿tú crees que es viable salir de España durante un cierto tiempo y después volver? ¿O, más bien, una vez que no sale del país pierde contactos y opciones? Hala... ahí dejo las preguntas.
Enaniya, solo un pequenyo comentario: Maty es "claro" y no "clara", jejejeje.
Topo, por supuesto! Hay la tira de investigadores en Espanya que salieron primero para volver despues. Es mas, lo que aun esta mal visto, por lo menos en mi campo, es quedarse en Espanya de postdoc.
Los contactos no se pierden si tu no quieres. Ademas, lo que produce la endogamia es precisamente que mucha gente se va sabiendo que va a volver al mismo sitio, casi sin importar lo bien que desarrollen su carrera.
A lo mejor te hace dudar mas el hecho de ir a EE.UU., pero piensa que eso viste muy bien en Espanya (sigue vistiendo mejor que la mayoria de otros paises, sin importar a que laboratorio vas). Siendo el mercado tan pequenyo, siempre conoceras a los que trabajan en tu sector y que podrian ser potenciales empleadores. Ese era mi caso. Es solo cuestion de ponerse en contacto con ellos. Siempre puedes ir a un congreso a nivel espanyol para rematar la faena.
Asi que, en mi opinion, irse de Espanya no te cierra puertas a volver. Lo que si puede pasar es que descubras el mundo fuera de Espanya, decidas que te gusta mas lo que ves y te cierres tu mismo esas puertas.
PD: Gracias por el enlace! :o)
mi pregunta es: nos harás la reflexion final, no?
(weno pues maty es claro... ¬¬ yo no soy adivina de sexos)
Todo en su debido momento, enaniya...
(no, de ahí la ayudita de mi parte; además, no es la primera vez que le pasa)
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